Existen, al menos, dos teorías
acerca del origen de las Artes Marciales, que mezclan la historia con la
leyenda para imbuirlas dentro de un halo mítico y misterioso que las hace tan
atractivas
Una de ellas relaciona su
origen con la antigua Grecia y en concreto con una disciplina deportiva que se
practicaba entonces que era el PANKRATION, que consistía en una lucha cuerpo a
cuerpo en la que estaban permitidas todo tipo de técnicas como golpeos con las
manos, agarres, proyecciones, barridos o patadas. Cuando Alejandro Magno
expande el Imperio Griego hasta las lejanas tierras de Asia y la India,
populariza en ellas esta actividad, abriendo la posibilidad a que,
posteriormente, desde la India llegará a los lugares más remotos del vasto
continente.
La otra, de la que encontramos
referencias en los libros Vedas de la cultura hindú (Baghavadita) sitúa el
origen de las Artes Marciales en la propia India, desde donde llegó a las
tierras de China, y en concreto al monasterio de Shaolín, un monje budista de
origen hindú, de nombre BODHIDHARMA, que era hijo del rey Sughanda de un reino
del sur de la India. Este monje, transmitió sus ideas acerca de que una mente
cultivada podría llegar a una expresión máxima si también era acompañada de un
cuerpo igualmente cultivado. Introdujo a los monjes en una disciplina física y
psíquica que fue difícil de asumir en sus comienzos.
Ambas teorías coinciden en la
India, enigmático lugar y fuente de conocimiento de la antigüedad. Ya se
originasen en la India, ya fuese en la antigua Grecia, las Artes Marciales
surgen como una búsqueda de mayor autocontrol y dominio físico y psíquico.
Derivan de la necesidad del hombre de comunicar, de transmitir emociones cuando
aun el lenguaje ni existía, de la observación e integración en la naturaleza,
de la lucha por la supervivencia.
Si hacemos caso a la teoría
griega, podemos deducir que en la India se debieron desarrollar las técnicas
del Pankration para adaptarse a las características físicas, socioculturales y
espirituales de los habitantes de la zona.
Si atendemos a la teoría que
localiza el origen en la propia India, ésta nos habla de que Bodhidharma, en su
afán por desarrollar el cuerpo tanto como la mente, sumerge a los monjes del
monasterio de Shaolín, en la práctica de danzas tradicionales que desarrollan su
condición física, danzas que contienen movimientos que los animales utilizan en
su vida diaria cuando juegan, cuando atacan, cuando se defienden e incluso
cuando se relajan.
Cuando estas actividades
físicas llegan a China, también allí continúan su desarrollo y adaptación a las
necesidades de quienes las practican. Los monjes, quienes tienen prohibido el manejo
de armas, se dan cuenta de las posibilidades que les ofrece una mayor condición
física y el conocimiento de determinados movimientos a la hora de hacer frente
a los salteadores de caminos que por entonces les acosaban. Podían protegerse
sin incumplir sus preceptos de no utilización de la violencia contra ningún ser.
Así se embarcan en el estudio y desarrollo de un sistema de autodefensa basado
en la observación de la naturaleza y del comportamiento de determinados animales
en situaciones de supervivencia.
El éxito del sistema
desarrollado hizo que se corriera la voz entre los monjes de distintos
monasterios que venían a aprender las técnicas para después difundirlas entre
los monjes de sus propios territorios. De esta forma, el sistema se va
expandiendo por China, Corea y Japón, donde con el tiempo, cada territorio lo va
adaptando a sus propias características.
Pero el éxito también llegó a
oídos de los emperadores, quienes viendo la eficacia que suponía su aplicación
en la lucha cuerpo a cuerpo, quisieron que sus élites guerreras fuesen
instruidas por los monjes para asegurarse una mayor superioridad en las
batallas.
Es quizá aquí donde cambia la
esencia de la creación de estos métodos, que surgen como una necesidad de
autodefensa, sin buscar el comienzo de ninguna agresión, para convertirse en
una forma muy eficaz de lucha con el objeto de derrotar al enemigo y someterlo.
La búsqueda de una mayor
eficacia en la aplicación de las técnicas desarrolladas por estos sistemas,
hace que profundicen en el conocimiento de otras ciencias como la traumatología,
la herboristería o el conocimiento de los movimientos de los flujos de energía
dentro del cuerpo humano (acupuntura)
Parece que el término de “Arte
marcial”, tiene que ver, por un lado, con la propia definición de “Arte” como
la manifestación de diferentes expresiones humanas de una forma plástica; y por
otro lado “Marcial”, que deriva de marcialidad, que a su vez deriva de Marte,
que era el dios de la guerra de los Romanos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario