Un Pumse es una combinación de técnicas
de defensa y ataque contra uno o varios enemigos imaginarios. Es una secuencia
de movimientos con una orientación definida en el espacio que quieren
representar determinados aspectos de la filosofía original del arte marcial.
Los Pumse toman como referencia para su
orientación filosófica a la tradición China, concretamente al libro “I Ching”
(El libro de los cambios) Este contiene 64 hexagramas, combinaciones de ocho
series de tres líneas; cada serie de tres líneas se llama trigrama. Estas
líneas pueden ser abiertas (que representan al Ying) o cerradas (que representan al Yang) La unión
del Ying y el Yang en chino se llama “taichí”, en coreano se llama “taeguk”. Cada
Pumse taeguk está asociado a un trigrama que define su significado.
Al conjunto de estos ocho trigramas se
le llama “Gwe”, y representan los puntos cardinales y el origen del mundo a
través de ocho elementos: cielo, lago, trueno, fuego, viento, agua, montaña y
tierra.
Mediante la práctica de los Pumses, se
aprenden multitud de técnicas de defensa y ataque, tanto con las manos como con
las piernas, que ayudan a desarrollar distintas capacidades físicas y mentales:
capacidades físicas básicas, coordinación, equilibrio, orientación espacio
temporal, respiración, creatividad, concentración, autocontrol, autoestima,
etc.
La práctica de los Pumses persigue
la perfección en la ejecución de sus distintas técnicas, lo que hace que nunca
se termine su aprendizaje. Es un proceso de aprendizaje significativo:
necesitamos del conocimiento de las técnicas básicas para el desarrollo de las más
avanzadas. Lo que se aprende el primer día, no deja de practicarse nunca, al
formar parte activa de las combinaciones técnicas de mayor complejidad
incluidas en los últimos Pumses superiores. Desde que un alumno/a se inicia en
la práctica de taekwondo, comienza a trabajar sobre técnicas de defensa y
ataque adaptadas a su categoría. El tiempo de práctica de las mismas, junto con
el esfuerzo y la pasión que se ponga al realizarlas, determinará en qué momento
se está preparado para iniciarse en el conocimiento de las técnicas del grado
inmediatamente superior.
La adecuada progresividad de los
contenidos, hace que su interiorización suponga una meta alcanzable para el
deportista, que refuerza su autoestima y le impulsa a continuar avanzando en el
aprendizaje de nuevos contenidos más complejos.
Realizar un Pumse no es solo repetir
de forma mecánica una serie de secuencias de movimientos. Es hacer que ese
Pumse sea tuyo, alcanzando en su ejecución el equilibrio entre la parte física
y la mental. Es entonces cuando el Pumse toma su verdadera dimensión filosófica
y espiritual.
El Pumse nos ayuda a transmitir
nuestro sentimiento. Cuando después de la práctica de muchos años, el
deportista sea capaz de transmitir, mediante la plasticidad, la potencia, la
precisión y el equilibrio de sus movimientos al espectador lego o no en la
materia, el combate imaginario que está librando, habrá alcanzado su plena
madurez.
Gracias
a las categorías de parejas y tríos sincronizados, los Pumses desarrollan la
capacidad de cooperación y trabajo en equipo, así como la capacidad para asumir
un rol determinado dentro de un grupo (socialización, adaptación, respeto por
las cualidades de otros, capacidad de perspectiva para poder apreciar la
solución a un problema desde distintos puntos de vista) Cuando el deportista se
siente parte de un equipo, que precisa de sus capacidades para alcanzar un
reto, ve reforzada su autoestima.
Los
Pumses en los niños, además de sus capacidades físicas, desarrollan su
lateralidad, su atención, su orientación espacial y temporal, su autoconfianza
y su autoestima. Su trabajo desde la más tierna infancia, ayuda a superar el
miedo a enfrentarse al público y enseña a asumir el fracaso y el éxito de forma
ponderada.
Al
ser una modalidad en la que se puede competir al más alto nivel hasta edades
avanzadas, algo de lo que no pueden presumir muchos otros deportes, los Pumses
son un instrumento fantástico para reforzar la autoestima de este grupo de
personas que encuentran en la competición una motivación extra para progresar
en su práctica y mantener un estado de forma superior al de personas de su
misma edad que no practican deporte.
Desde un punto de vista utilitario,
para la realidad que vivimos en la actualidad, los Pumses aportan el
conocimiento de técnicas que son susceptibles de ser aplicadas en una situación
real en la que un deportista se vea en la necesidad de defender su integridad
física o la de las personas que le rodean.
El Pumse es un elemento vivo en
continua evolución, lo que impide el inmovilismo en su ejecución y obliga al
deportista a estar atento a las continuas actualizaciones. El desarrollo de la
capacidad creativa aumenta considerablemente gracias a las últimas
modificaciones en el reglamento que han propiciado la aparición de una
categoría de estilo libre.
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