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sábado, 1 de diciembre de 2012

UNAS PINCELADAS ACERCA DEL ORIGEN DE LAS ARTES MARCIALES



Existen, al menos, dos teorías acerca del origen de las Artes Marciales, que mezclan la historia con la leyenda para imbuirlas dentro de un halo mítico y misterioso que las hace tan atractivas
Una de ellas relaciona su origen con la antigua Grecia y en concreto con una disciplina deportiva que se practicaba entonces que era el PANKRATION, que consistía en una lucha cuerpo a cuerpo en la que estaban permitidas todo tipo de técnicas como golpeos con las manos, agarres, proyecciones, barridos o patadas. Cuando Alejandro Magno expande el Imperio Griego hasta las lejanas tierras de Asia y la India, populariza en ellas esta actividad, abriendo la posibilidad a que, posteriormente, desde la India llegará a los lugares más remotos del vasto continente.
La otra, de la que encontramos referencias en los libros Vedas de la cultura hindú (Baghavadita) sitúa el origen de las Artes Marciales en la propia India, desde donde llegó a las tierras de China, y en concreto al monasterio de Shaolín, un monje budista de origen hindú, de nombre BODHIDHARMA, que era hijo del rey Sughanda de un reino del sur de la India. Este monje, transmitió sus ideas acerca de que una mente cultivada podría llegar a una expresión máxima si también era acompañada de un cuerpo igualmente cultivado. Introdujo a los monjes en una disciplina física y psíquica que fue difícil de asumir en sus comienzos.
Ambas teorías coinciden en la India, enigmático lugar y fuente de conocimiento de la antigüedad. Ya se originasen en la India, ya fuese en la antigua Grecia, las Artes Marciales surgen como una búsqueda de mayor autocontrol y dominio físico y psíquico. Derivan de la necesidad del hombre de comunicar, de transmitir emociones cuando aun el lenguaje ni existía, de la observación e integración en la naturaleza, de la lucha por la supervivencia.
Si hacemos caso a la teoría griega, podemos deducir que en la India se debieron desarrollar las técnicas del Pankration para adaptarse a las características físicas, socioculturales y espirituales de los habitantes de la zona.
Si atendemos a la teoría que localiza el origen en la propia India, ésta nos habla de que Bodhidharma, en su afán por desarrollar el cuerpo tanto como la mente, sumerge a los monjes del monasterio de Shaolín, en la práctica de danzas tradicionales que desarrollan su condición física, danzas que contienen movimientos que los animales utilizan en su vida diaria cuando juegan, cuando atacan, cuando se defienden e incluso cuando se relajan.
Cuando estas actividades físicas llegan a China, también allí continúan su desarrollo y adaptación a las necesidades de quienes las practican. Los monjes, quienes tienen prohibido el manejo de armas, se dan cuenta de las posibilidades que les ofrece una mayor condición física y el conocimiento de determinados movimientos a la hora de hacer frente a los salteadores de caminos que por entonces les acosaban. Podían protegerse sin incumplir sus preceptos de no utilización de la violencia contra ningún ser. Así se embarcan en el estudio y desarrollo de un sistema de autodefensa basado en la observación de la naturaleza y del comportamiento de determinados animales en situaciones de supervivencia.
El éxito del sistema desarrollado hizo que se corriera la voz entre los monjes de distintos monasterios que venían a aprender las técnicas para después difundirlas entre los monjes de sus propios territorios. De esta forma, el sistema se va expandiendo por China, Corea y Japón, donde con el tiempo, cada territorio lo va adaptando a sus propias características.
Pero el éxito también llegó a oídos de los emperadores, quienes viendo la eficacia que suponía su aplicación en la lucha cuerpo a cuerpo, quisieron que sus élites guerreras fuesen instruidas por los monjes para asegurarse una mayor superioridad en las batallas.
Es quizá aquí donde cambia la esencia de la creación de estos métodos, que surgen como una necesidad de autodefensa, sin buscar el comienzo de ninguna agresión, para convertirse en una forma muy eficaz de lucha con el objeto de derrotar al enemigo y someterlo.
La búsqueda de una mayor eficacia en la aplicación de las técnicas desarrolladas por estos sistemas, hace que profundicen en el conocimiento de otras ciencias como la traumatología, la herboristería o el conocimiento de los movimientos de los flujos de energía dentro del cuerpo humano (acupuntura)
Parece que el término de “Arte marcial”, tiene que ver, por un lado, con la propia definición de “Arte” como la manifestación de diferentes expresiones humanas de una forma plástica; y por otro lado “Marcial”, que deriva de marcialidad, que a su vez deriva de Marte, que era el dios de la guerra de los Romanos.

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