El
viernes 3 de mayo tuvo lugar el Open Internacional de España de Pumses en las
magníficas instalaciones de la ciudad deportiva Camilo Cano de la localidad de
La Nucía, en Alicante.
Más
de doscientos competidores de todo el mundo se dieron cita para demostrar una
vez más el alto nivel que está alcanzando el desarrollo de la técnica
fundamental de taekwondo a nivel mundial, con demostraciones físico-técnicas
que responden a un largo y profundo trabajo que hay detrás de todos y cada uno
de los competidores.
Alcanzar
una medalla no es tarea fácil y los nuevos modos de puntuación exigen una
preparación técnica que solo se consigue a base de duras sesiones de
entrenamiento.
Gran
nivel en todas las categorías, destacando las cadetes y juniors donde los
niños, con sus impresionantes trabajos, ponen de manifiesto al 100 % las
capacidades que su juventud les permite reflejando el gran trabajo personal y
por supuesto el de sus entrenadores, responsables de que los niños/as alcancen
tales niveles de perfección técnica.
En
el ámbito arbitral, respetando siempre la labor de los jueces, quienes pasan
muchas horas puntuando las mismas formas y prácticamente sin relevo alguno,
teniendo en cuenta además que algunos de ellos también puntuaron en el
campeonato de Europa que se llevó a cabo en los días anteriores, destacar la
aparente permisividad que se ha tenido en diferentes categorías con
competidores que venían de países lejanos que en ocasiones han subido al pódium
dejando atrás a otros competidores que realizaron mejores demostraciones
técnicas.
Esto,
que de ninguna manera puede ser un argumento para conceder méritos inmerecidos,
solo puede responder a la explicación de tener en consideración el esfuerzo que
determinadas selecciones de países lejanos hacen para acudir a este open, algo
que en ningún caso puede justificar el dejar a un competidor sin el merecido
premio al fruto de su trabajo y esfuerzo.
Fuera
del ámbito deportivo, destacar la mala organización del campeonato, retrasos en
el comienzo, horarios que se van cambiando según pasan las horas, se vuelven a
cambiar, sin tener en cuenta a los competidores que no pueden planificar sus
comidas o calentamientos, lo que denota una considerable falta de respeto hacia
la figura principal de un campeonato que no es otra que la del deportista, sin
el que ningún evento deportivo tiene sentido.
Importante
retraso también en la ceremonia de entrega de medallas, considerando la larga
jornada que la mayoría de los deportistas tuvieron que soportar. Medallas, por
cierto, que no tienen la calidad suficiente para ser representativas de un open
que se quiere considerar de clase A.
No sé exactamente
cuáles son los criterios que determinan si un open es de clase A o B o C, pero
imagino que entre los requisitos exigidos deberán estar los de una buena
organización, unas instalaciones acordes al evento, la participación de numerosos
países, o la relación calidad-precio entre lo que se cobra y lo que se oferta a
los competidores. Un campeonato de esta supuesta categoría, no se puede
permitir cobrar 25 euros por la inscripción y no tener ni el detalle de regalar
una camiseta conmemorativa del mismo.
Como tampoco creo que sea pertinente cobrar 10 euros por
la entrada a las personas que desean asistir para ver el campeonato. No creo
que sea una buena forma de promocionar un deporte como el nuestro claramente
minoritario.
En definitiva, un campeonato en el que siguen primando,
por encima de los intereses deportivos, otros que se escapan a nuestro control.
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